La cuestión es darse cuenta II


Montevideo 31de diciembre de 2011 
PERCEPCIONES & CONJETURAS

Guillermo Asi Méndez


Desde hace casi 30 años que aparecieron y proliferaron las fotocopiadoras, los educadores dejaron de hacer hincapié en que los educandos lean libros, amen los libros y construyan con trabajo y sacrificio sus bibliotecas, permitiendo primero y alentando más tarde que utilicen fotocopias de la fracción del libro o el capitulo que les ayudaría a dar la lección y salvar el examen, pero eso trajo aparejado que perdieran la visión total que el autor daba en ese libro.

Llegaron así al profesionalismo cantidad, la mayoría, de titulados no ilustrados, muchos de ellos luego se transformaron en profesores y así comenzó la escala descendente que nos trajo a la chata cultura general de hoy día.

También se generalizo una seudo cultura apartada de la lectura de libros, sin conocer a los clásicos y menos a los pensadores que nos advertían del peligro, de la decadencia cultural y sus consecuencias.

Prestemos atención a lo que José Ingenieros nos decía en su magnifica y aleccionadora obra EL HOMBRE MEDIOCRE en el capitulo VII La Mediocracia.

“En ciertos periodos la nación se aduerme dentro del país. El organismo vegeta: el espíritu se amodorra. Los apetitos acosan a los ideales, tornándose dominadores y agresivos. // Todos se apiñan en torno de los manteles oficiales para alcanzar alguna migaja de la merienda. Es el clima de la mediocridad. Los estados tornanse mediocracias, que los filólogos inexpresivos preferirían denominar “mesocracias”. Entra en la penumbra el culto por la verdad, el afán de admiración, la fe en creencias firmes, la exaltación de ideales, el desinterés, la abnegación, todo lo que esta en el camino de virtud y de la dignidad. // Todo lo vulgar encuentra fervorosos adeptos en los que representan los intereses militantes; sus mas encumbrados portavoces resultan esclavos en su clima. // Se ha acentuado la decadencia moral de las clases gobernantes. En cada comarca una facción de vividores detenta los engranajes del mecanismo oficial, excluyendo de su seno a cuantos desdeñan tener complicidad en sus empresas. // Intentan disfrazar con ideas su monopolio del Estado. Políticos sin vergüenza hubo en todos los tiempos y bajo todos los regimenes, pero encuentran mejor clima en las burguesías sin ideales y sin cultura. Donde todos pueden hablar, callan los ilustrados. Cuando el ignorante se cree igualado al estudioso, el bribón al apóstol, el boquirroto al elocuente y el burdo al digno, la escala del merito desaparece en una oprobiosa nivelación de villanía. Eso es la mediocracia: los que nada saben creen decir lo que piensan, aunque cada uno sólo acierta a repetir dogmas o auspiciar voracidades. Esa chatura moral es más grave que la aclimatación de la tiranía; nadie puede volar donde todos se arrastran. Convienese en llamar urbanidad a la hipocresía, distinción al amaneramiento, cultura a la timidez, tolerancia a la complicidad; la mentira proporciona estas denominaciones equivocas y los que así mienten son enemigos de si mismos y de la patria, deshonrando en ella a sus padres y a sus hijos, carcomiendo la dignidad común. // Siempre hay mediocres. Son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia, la mediocridad se condensa, conviertese en sistema, es incontrastable. // El nivel de los gobernantes desciende hasta marcar el cero; la mediocracia es una confabulación de los ceros contra las unidades. Cien políticos torpes juntos, no valen un estadista genial…”

Es posible que a alguno de ustedes, lectores, se le este escapando el contenido de los párrafos transcriptos y si es así, es prueba suficiente de lo que vengo exponiendo, creanme lo que más deseo es estar equivocado pero intuyo que no será así.

Estoy convencido que dentro de los simpatizantes de todos los partidos políticos, hay muchas personas que sienten parecido, que se vienen dando cuenta de la chatura, por decir lo menos, de numerosos dirigentes de todas las banderas, de la falta de ideas y la repetición de conceptos vacíos de contenido, bien los desafió a que intenten en el grupo político partidario que se encuentren para que trabajen para invertir el sentido de la cosa pública y volver a el merito, a la meritocracia, exigiendo y eligiendo a lideres con la cultura suficiente para rescatar a Uruguay.

¡¡¡ Que triunfen los mejores !!!

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