Termina el año y por estos días debería comenzar a reinar el espíritu
navideño también en el ámbito gubernamental y político. Sin embargo al son de
los consabidos anuncios y declaraciones estridentes, sorpresivas y generalmente
inconsultas del presidente Mujica, terminaremos a todo debate. Con la mayoría
parlamentaria tratando de aprovechar el inicio de la siesta estival, con la
distracción de la opinión pública, para meter la aplanadora de sus votos para
aprobar proyectos de ley como la despenalización del aborto (lindo mensaje de
natividad) y los nuevos impuestos al agro.
Como siempre hemos dichos, el Uruguay tiene dos personajes en
una sola persona, que alternan en sus apariciones. Se trata del presidente José
Mujica y su “alter ego” El Pepe.
El primero trata de ser sereno, reflexivo, con aires de
filósofo discepoleano, componedor al extremo, a tal punto que muchas veces se
pasa de la raya y deja que las cosas y los problemas sucedan, como si
compartiendo diagnósticos, preocupaciones y hasta críticas, por arte de magia
los problemas fueran a solucionarse.
El segundo personaje pretende ser la fiel representación del
montevideano popular, es el que enamoró a miles de uruguayos que se vieron allí
plenamente identificados y a otros que apostaron a un cambio de la figura
clásica de los políticos tradicionales, por una novedosa simplicidad en el modo
de expresar su pensamiento. Es el que sale periódicamente en una audición
radial, el que no acepta vestir una corbata para representar a un presidente de
los Orientales en los más solemnes
eventos internacionales, pero impunemente se disfraza con una chaqueta militar
venezolana. Es el que ante un hecho grave, como las declaraciones del
presidente Sarkozy sobre Uruguay, lo único que se le ocurrió decir es que
“sería el producto de una mala noche con su bella esposa” y es el que se enoja
fácilmente con los periodistas, si le hacen preguntas que lo molestan y los
trata, generalmente de “nabos” o con algún otro epíteto o destrato. También es
el que hace anuncios tan importantes como cambios en la política fiscal,
tomando de sorpresa a los propios ministros del ramo y complicándole la vida a
presidente Mujica.
Estos dos personajes han sido el foco de atención en reciente
Cumbre de Presidentes del Mercosur e Invitados.
El gobierno uruguayo había hecho punta en la prohibición al
ingreso de barcos comerciales con bandera de Islas Malvinas o Falkland a
puertos nacionales y logró que la medida fuera acompañada por los demás
miembros del Bloque.
Esto es una variante en la posición histórica de nuestro
país. Desde siempre y con todos los gobiernos, acompañamos a Argentina en su
legítimo reclamo sobre ese archipiélago y luego del conflicto con el Reino
Unido se mantuvo la prohibición de operar en puertos uruguayos a barcos de
guerra con destino a esa zona, pero otra cosa es la operativa comercial.
Recordemos que nuestro país nace alrededor del puerto de Montevideo, su puerto
es la razón misma de nuestra existencia histórica. Es un factor importantísimo
de nuestra economía y fuente directa e indirecta de miles de trabajos.
Criticamos el apresuramiento de Mujica y Almagro en hacerle “los gustos” al gobierno de
Cristina Fernández, uno de los gobiernos argentinos que más ha perjudicado a
nuestro país y que continúan la lucha de puertos del siglo diecinueve. Cuidado
con decisiones que pueden llegar a perjudicar seriamente la competitividad de
nuestros puertos con otros de la región, no solo el de Buenos Aires. Perdieron
una excelente oportunidad de negociar otros intereses nacionales que están
trancados por Argentina, como las inversiones en el entorno a Nueva Plamira que
duermen en los escritorios de los representantes de esa Nación en la CARU.
PROYECTOS DE LEYES
La semana próxima, el martes 27 el Senado de la República
levantará el receso para tratar dos proyectos de enorme trascendencia y que el
FA ha dado órdenes a sus representantes de sacarlos antes de finalizar el año.
Uno es el llamado Proyecto de Salud Reproductiva, la
despenalización del aborto. Nosotros votaremos en contra. Votaremos por la
vida.
Es una posición ética, en el entendido que para defender el
“derecho” de las mujeres madres, se desconoce el “derecho” de quien no puede
defenderse, de quien no ha nacido, pero está VIVO. Está demostrado y largamente
aceptado que la vida existe desde la concepción, entonces es incomprensible que
quienes tanto hablan de derechos humanos, de castigar a los crímenes contra la
vida humana, pretendan despenalizar el acto por el que se elimina una vida
inocente.
Daremos la batalla con éste y más argumentos.
Por otro lado se tratará el proyecto por el que se impone un
nuevo impuesto al agro. Se trata de un pretendido impuesto a la concentración
de la tierra.
Sabido es que muchos de los propios legisladores oficialistas
han estado en contra este proyecto y que votarán por “disciplina partidaria”,
luego de meses de debate interno en el partido de gobierno.
El proyecto es inoportuno, ineficaz en el monto a recaudar y
para el propio fin declarado, además de claramente inconstitucional.
Es inoportuno ya que contradice lo comprometido por el propio
Mujica ante decenas de empresarios nacionales y extranjeros. Significa un
cambio en las reglas de juego. Y es un mensaje nada bueno para los posibles
inversores.
El crecimiento del PBI uruguayo se ha dado por el sector
agropecuario, que ha tenido una fuerte inversión además de en la pecuaria, en sub sectores como la agricultura y la
forestación. Se han generado millones de divisas por las exportaciones y miles
de empleos no tradicionales.
Es además ineficaz ya que la concentración de la tierra se da
en esos rubros como forma de mejorar la escala de producción con respecto a los
elevados costos, por lo que si con un nuevo impuesto se elevan más aún los
costos, el efecto será efectivamente el contrario del deseado, habrá más
concentración de tierra. Así funciona el capitalismo.
Es además ineficaz porque lo recaudado será muy poco, en
términos relativos, para el mejoramiento de la red vial rural.
Es un intento de solucionar un mal que denunciamos en la
oportunidad de la aprobación del presupuesto nacional, entonces se aprobó el
menor presupuesto para obras públicas de los últimos veinte años. Ahora la
enmienda viene con más impuestos. ¿Recuerdan al Chicho, que todo los
solucionaba fácil con impuestos?
Por último, es notoriamente inconstitucional, ya que si es
un nuevo impuesto debería ser con
destino de libre disposición a los Gobiernos Departamentales, como la
Contribución Rural; y si es un adicional no debería sobrepasar el monto de la
mencionada contribución.
Lloverán acciones, pero Mujica habrá cumplido con las exigencias
“marxistizantes” de sectores radicales del Frente Amplio-
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