Pedro Bordaberry
El Jueves 1º de Diciembre no fue un
día más. La sucesión de hechos que se concatenaron nos debe llevar a una
profunda reflexión como sociedad, como país.
Una multitudinaria marcha congregó a
más de cuatro mil personas bajo la consigna “Queremos Vivir en Paz”, liderados
por un corajudo joven que sufrió un drama familiar.
La marcha fue convocada como
“apolítica y pacífica”.
Al mismo tiempo en La Teja, 200
personas se reunieron en un local para solicitarle a un ex Presidente que
vuelva a la actividad política. Entre los participantes se encontraban
legisladores y ex jerarcas del gobierno.
Temprano en la tarde se conoció que
el cuerpo hallado en el Batallón 14 pertenecía a un Maestro y periodista
desaparecido en el año 1977. La noticia de que fue ejecutado nos conmovió a
todos.
En la mañana los restos del Mejor de
Todos, el Gral. José Artigas, fueron llevados al Salón de los Pasos Perdidos en
una ceremonia a la que concurrieron las más altas autoridades nacionales, pero
sólo 67 de 130 legisladores.
Mientras todo esto sucedía continúa
el enfrentamiento entre las autoridades de la Educación y el sistema político
todo.
Ese lúcido periodista y escritor que
es Andrés Oppenheimer escribió no hace mucho un libro que se llama “Basta de
Historias! Las 12 Claves del Futuro”.
En él Oppenheimer relata esa suerte
de obsesión que le ha entrado a muchos gobernantes latinoamericanos por
desenterrar a los héroes nacionales.
He hecho referencia en ocasiones
anteriores a esa obsesión que ha ganado a muchos gobernantes latinoamericanos.
Hugo Chávez desenterró los restos de
Simón Bolívar en una ceremonia televisada. Declaró al hacerlo que había
encontrado una dentadura “perfecta” y una bota. Confesó además que “había
llorado”.
Inmediatamente circuló la broma de
que no estaba claro si Chávez le había mostrado a Venezuela los restos de
Bolívar o a Bolívar los restos de Venezuela.
El ex Presidente de Honduras, Manuel
Zelaya le pidió a su par de El Salvador que le “prestara” los restos de
Francisco Morazán, héroe regional centroamericano, para tenerlos seis meses en
Tegucigalpa.
Rafael Correa, Presidente de
Ecuador, tuvo un conflicto con los descendientes de Eloy Martínez. Correa
pretendía llevar los restos del héroe de Guayaquil a Montecristi. Pero los
descendientes se oponían. El Presidente anunció un acuerdo: parte de los restos
quedarían en Guayaquil y parte irían a Montecristi!
Podemos seguir con el traslado que
el ex Presidente Néstor Kirchner hizo de los restos del Gral. Juan Domingo
Perón entre balaceras, enfrentamientos y muertes de los que participaban.
Cuando aún no se habían acallado los ecos de la barbarie se planteó la
posibilidad de trasladar también a su mujer Eva Duarte.
Oppenheimer, con buen criterio,
expresa que el mismo esfuerzo que se pone en esto se debe dedicar a la
Educación y propone doce claves para el futuro.
¿Es lógico dedicar tiempo, esfuerzo
y ceremonias televisadas a esto? ¿No es más sensato dedicar ese tiempo a las
escuelas, los liceos, las oportunidades para las generaciones que llegan?
¿No deberíamos concentrarnos en los
problemas que tenemos hoy que son muchos?
En nuestro país hay, sin lugar a
dudas, heridas todavía abiertas que retornan una y otra vez como las del Jueves
pasado. De eso tenemos que ocuparnos ya. A lo que se suma que día a día se
abren nuevas heridas como las que convocaron a cuatro mil personas mientras
unos pocos le rendíamos homenaje al más grande de los uruguayos de todos los
tiempos.
Cuatro mil que pedían vivir en Paz
mientras doscientos, solo doscientos, se preocupaban por hacer volver un
candidato para las próximas elecciones.
Esto nos tiene que hacer reflexionar
sobre las prioridades.
Hay un tiempo electoral y un tiempo
de trabajo como hay un tiempo para sembrar y otro para cosechar. Este es tiempo
de trabajo, de buscar soluciones más allá de conveniencias electorales. Es a
solucionar los problemas de los uruguayos, todos, que debemos destinar hoy
nuestro esfuerzo.
El país necesita hoy que los
ciudadanos podamos vivir en Paz, mejorar nuestra seguridad y convivencia.
Necesita que todos los niños accedan a las mismas oportunidades educativas,
mejor Educación. Necesita también una respuesta a los dolores del pasado
reciente.
Para ello necesita liderazgos
fuertes, de todos los Partidos. De gente que esté dispuesta a jugársela por el
futuro. Nosotros, una vez más, ofrecemos nuestro esfuerzo para ello.
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