¿Por qué debemos celebrar el 18 de julio?

Por Susana Montaner
Abogada
Secretaria General del Comité Ejecutivo Departamental de Tacuarembó

Porque a partir de ese momento nace la República Oriental del Uruguay, ocasión en la cual los integrantes de la antigua banda oriental asumieron la forma de gobierno republicana para comenzar su vida como estado independiente. Los uruguayos nacimos bajo el signo de la república, que establece que no solo los hombres sino también los gobiernos estarán sujetos a la ley.

Cuando el 18 de julio de 1830 los orientales juraron fidelidad a su primera constitución, nos estaban legando un orden poscolonial en el cual todos los ciudadanos, sin distingos de tipo alguno social, económico, cultural, religioso o político quedaban amparados y al abrigo de cualquier clase de arbitrariedad. En el naciente Estado uruguayo la única jerarquía superior a respetar era el orden constitucional, y ello nos ha marcado a través del tiempo.

Las fuentes de inspiración de nuestros constituyentes fueron la tradición liberal europea y americana, cuyos principales ejemplos son la filosofía de la Ilustración, los conceptos de derechos naturales y de libre determinación (Locke), la Declaración de Filadelfia de Estados Unidos, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa, y la española Constitución de Cádiz de 1812.

La importancia de los valores que emanan de nuestra primera Constitución es indiscutible. Por eso es importante recordar, textualmente, algunas de las disposiciones de nuestra primera carta magna, que hoy siguen teniendo plena vigencia, a 180 años de su consagración:

“Artículo 130: Los habitantes del Estado tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad y propiedad.”

“Artículo 131: En el territorio del estado nadie nacerá ya esclavo…”

“Artículo 132: Los hombres son iguales ante la ley… “

“Artículo 135: La casa del ciudadano es un sagrado inviolable. De noche nadie podrá entrar a ella sin su consentimiento y de día solo de orden expresa del juez competente…”

“Artículo 138: En ningún caso se permitirá que las cárceles sirvan para mortificar y si solo para asegurar a los acusados.”

Así como nuestros antepasados crearon nuestro orden constitucional, nuestro deber es saber que siempre debemos estar vigilantes en su defensa, porque difícil es construirlo y muy fácil es perder el imperio de la ley como defensa de la libertad. De ello sabemos.

Recuperar y restablecer las premisas liberales y republicanas de nuestra constitución costó mucho, como decía un antiguo profesor la libertad es un árbol al cual debemos cuidar todo los días, pues a él no le damos importancia hasta que se seca y lo perdemos.

Por eso es tan importante recordar cada 18 de julio, festejarlo, celebrarlo, trasmitirlo a las nuevas generaciones, no solo en los ámbitos educativos, sino en la charla cotidiana, en el seno de la familia, en la rueda de amigos, para nunca olvidar el punto de partida de nuestra vida como comunidad independiente.

El lunes pasado los uruguayos, invitados por el Partido Colorado, festejamos todos juntos, por encima de banderías partidarias, los 25 años de plena vigencia de nuestra democracia.

Ese día, en el Palacio Legislativo, estuvieron presentes todos los partidos políticos y actores relevantes de cuando los uruguayos logramos recuperar el régimen constitucional como garantía de nuestras libertades y derechos.

Si queremos poder festejar los 50 años ininterrumpidos de democracia, celebrar el 18 de julio es un deber cívico, pues con ello mantendremos viva la llama sagrada de la libertad que prendieron nuestros primeros constituyentes.

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