¿Otra vez un Frigorífico Nacional?

Por Beatriz Bugallo

Ha trascendido a través de la prensa que el Senador Lorier y otros miembros del Partido Comunista reclaman a su coalición la creación de un Frigorífico Nacional, en cumplimiento de un postulado aprobado en el plan de Gobierno del Frente Amplio. La idea es que el Estado participe directamente en el mercado, operando a la vez de “regulador” y como proveedor de determinadas necesidades económicas de grupos sociales. Propuesta tan “loable” como teórica e impracticable desde la eficiencia, con un costo que hoy en día el Estado uruguayo no puede solventar.
Aún cuando no establecen detalles de cómo funcionaría la idea (pretenden crear una comisión de estudio para determinarlo, que probablemente para afianzar el emprendimiento estatal termine constituyendo nuevamente a su favor un monopolio en algún sentido) es curioso que se insista en el tema luego de la experiencia que finalmente resultara negativa en el Uruguay de años atrás. ¿Se quiere que Montevideo vuelva a vivir las penurias que soportó toda su población allá por la década de los 50, 60 o 70 para conseguir carne en la época de post zafra? ¿Quieren reeditar el “contrabando” de carne, las idas desde Montevideo a Carrasco, La Paz, Las Piedras, San José o aún más al interior, para conseguir la tan necesaria y ansiada carne en las carnicerías próximas a la “frontera” de Montevideo?
¿Quién no recuerda los mataderos clandestinos que faenaban vacunos en cualquier estado o las encomiendas de carne en el ferrocarril o en los ómnibus interdepartamentales que eran decomisados por los famosos “inspectores de la carne”?
Porque es lo que genera una intervención estatal de corte más o menos monopólico, además de efectos negativos en la competencia: contravenciones o atajos para la necesidad no satisfecha - o con precios fijos - y un sistema de fiscalización del monopolio (más costos para el Estado...).
Ya tuvimos una lamentable experiencia con un Frigorífico Nacional durante muchísimos años que se cerró allá por el 1974 o 1975. Después tuvimos carne en Montevideo, toda la que quisimos y en toda época del año, sin traerla desde el interior en forma clandestina contraviniendo el monopolio que tenía el Frigorífico Nacional.
El propio mercado de producción y distribución de la carne, sumado a una atinada gestión del Estado en sus cometidos, sería el instrumento hábil para solucionar las situaciones para las que hoy se pretende volver a la fracasada idea del Frigorífico Nacional. Eso sí: se aleja de la “lírica” del intervencionismo estatal que quieren hacer volver para nuestros días... 

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