Por Tabaré Viera
“Esto no se hace. Esto es jugar a la mosqueta con los trabajadores”. Tal fueron las palabras pronunciada el viernes pasado por el entonces furibundo dirigente del PIT.CNT Alejandro Laner, cuando el presidente Mujica cambió el lugar de reunión del Consejo de Ministros de la residencia de Suárez a la Torre Ejecutiva.
Los funcionarios públicos tenían todo armado para cortar la calle en Suárez, para lo que habían llegado munidos de altoparlantes, pancartas y banderas a fin de protestar por la reforma del estado anunciada por el Presidente y solicitar un diálogo al respecto. Allí fue donde se enteraron que en un “pase digno del juego de la mosqueta”, Mujica había cambiado el lugar de reunión. Para colmo cuando desarmaron todo y fueron a Plaza Independencia ni el Presidente ni nadie los recibieron, por el contrario los esperaron con un cordón de efectivos de la fuerza de choque de la policía.
Parece que el hasta ahora “brazo sindical” del Frente Amplio, está sintiendo que su propio gobierno no solo no los consulta, sino que prepara una reforma del Estado, que comienza por los funcionarios y de espaldas a éstos.
Varias reflexiones
En primer término, que es la primera vez que los representantes de los trabajadores no son atendidos por Mujica o por alguien del gobierno, aunque más no fuera para recibir un planteo por escrito. Además, hubo un claro intento de burlarlos o desanimarlos con el cambio del lugar de la reunión de ministros.
En segundo lugar se notó, con la presencia ostentosa de la policía de choque, la dureza de un gobierno que no era la demostrada en el anterior período. ¿Dispuestos a la represión?
En tercer lugar hay que empezar a estudiar y a discutir la reforma misma anunciada por el gobierno frenteamplista. En ese sentido creo que efectivamente hay cosas del Estado y del funcionariado público que merecen ser reformados desde hace mucho tiempo. ¿Recuerdan la anunciada “Madre de las Reformas” del gobierno de Vázquez? Pero advertimos que las reestructuras tienen siempre un costo elevado.
En tal sentido son interesantes las declaraciones del Secretario de la Presidencia de la República Dr. Alberto Breccia (El Espectador, 19-07-10), en el sentido de que “las diferencias de sueldos”, ya manifestadas por Mujica y que son reales, “se igualarán para arriba”. Es una buena noticia, eliminar inequidades es una excelente noticia. Que piensen hacerlo igualando para arriba mejor aún. Pero advertimos: eso va a costar MILLONES DE DOLARES. Tenemos experiencia en la materia, participamos en más de una reestructura y siempre tuvo un costo alto, imaginen en el universo de la administración central. Habrá que prepararse para eso.
Defensa del trabajador público
También me parece sensata la preocupación de los trabajadores del estado. En los llamados lineamientos generales de la propuesta del gobierno, se habla de un nuevo “estatuto del servidor público” y de reglamentar las causales de despido por omisión e ineptitud.
Obsérvese que con los titulares nadie podría estar en desacuerdo con lo que se viene. Pero tenemos que ver aún qué se trae el nuevo estatuto en su letra chica. Cómo se reglamentará el ingreso de los nuevos “servidores públicos “, cuando el mismo Mujica denunció que en el anterior gobierno frenteamplista los concursos fueron de laguna manera fraudulentos, permitiendo el ingreso “a dedo”.
Habrá que ver como se reglamentará la carrera funcional en forma objetiva, clara y transparente.
Nos informan que habrá movilidad en escalafones y unidades ejecutoras. También en eso podríamos estar de acuerdo, pero la preocupación viene siempre por el lado de las garantías, como ocurre al respecto de la movilidad o amovilidad de los funcionarios.
Ya hemos escrito sobre el tema, pues hace tiempo que los frenteamplistas del gobierno vienen mostrando la hilacha. Cada tanto algunos de aquellos, que cuando estaban en la oposición se rasgaban las vestiduras defendiendo a los obreros, frente al “ataque neo liberal” con el que etiquetaban a los gobiernos blancos y colorados, aprovechando una verdadera “demonización” a los funcionarios públicos o en aras de la eficiencia, muestran su verdadero pensamiento y diría su real sentimiento hacia los obreros del estado.
Son, sin embargo, los que mostraron una gran arbitrariedad en algunas reparticiones públicas a la hora de “copar” la administración con sus leales militantes en detrimento de servidores de toda la vida.
Claves conceptuales
Los funcionarios públicos son necesarios para el funcionamiento del cualquier país. Recordemos que son los que educan a nuestros hijos, los médicos y enfermeras de nuestros hospitales, los que cuidan nuestra seguridad, los que nos auxilian cuando hay un incendio o un accidente. Son los que imparten y administran la justicia, los que levantan nuestros residuos domiciliarios y los que inhuman a nuestros muertos. Los necesitamos cada día de nuestras vidas. No son los culpables de todos los males del Uruguay como a veces nos quieren convencer.
No son iguales a los obreros de la actividad privada, pues están sujetos a los cambios de gobiernos cada cinco años. Por eso hay que darles garantías preservándoles de las veleidades e intereses de los gobiernos de turno, lo que no quiere decir que a través del sumario, no se pueda prescindir de un empleado por las causales que ya están prescriptas por la actual legislación. Ineptitud, omisión o delito.
Hay malos funcionarios, como los hay en la actividad privada, pero hay excelentes empleados y son los más, no los menos. Con ellos y siempre con ellos es posible hacer más eficiente y eficaz la tarea del Estado.
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