Por Tabaré Viera Duarte
La línea económica desarrollada por el vicepresidente Danilo Astori y el presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, fue contradicha por la visión del subsecretario Pedro Buonomo, en el tema del manejo del dólar.
Un poco de historia
Hace unos días el subsecretario de Economía había declarado que se tomarían las medidas necesarias para mantener el precio del dólar estadounidense entre $21 y $22, porque entiende que ese es su precio de equilibrio.
Horas después Bergara afirmó públicamente que el gobierno no tiene intención de fijar el tipo de cambio porque dijo no ser posible mantener, como política, objetivos de tipo de cambio y de precios simultáneamente. "Una cosa es referencia y otra cosa es objetivos de política económica. El mercado cambiario sigue funcionando con libertad con la lógica participación e intervención del sector público", aclaró Bergara al diario El País.
El propio ministro de economía Fernando Lorenzo había dicho que “el gobierno no actúa con un objetivo específico en materia de evolución del tipo de cambio”. Y en ese mismo sentido el vicepresidente Danilo Astori había sentenciado, “el gobierno no fijará el tipo de cambio”.
A estas contradicciones producidas dentro del propio equipo económico se le suman las manifestaciones del senador Eduardo Lorier del PCU. Según informa el semanario Búsqueda, el mencionado senador comunista presentó en el mes de mayo un informe al Comité Central del PCU donde afirma que "en lo económico social se procura la construcción de un proyecto alternativo para contraponer al proyecto económico que hoy es hegemónico en el Frente".
Lorier ha dicho a medios de prensa nacionales que el Partido Comunista busca alianzas con otros sectores del FA “con mentalidad socialista” que entienden que el capitalismo está agotado como modelo económico.
Sin embargo la reacción de otros actores de gobierno no se ha hecho esperar: desde Asamblea Uruguay el Diputado Alfredo Asti, referente principal del Vicepresidente Astori y presidente de la Comisión de Hacienda de Diputados, respondió aseverando, "Prometimos continuar con esta política exitosa. Si los compañeros dudan de eso, revisen la campaña y vean qué les prometimos a los uruguayos que votaron en noviembre. Cambiar radicalmente la política económica sería arriesgar lo que hemos ganado, sin un horizonte claro de hacia dónde vamos".
¿Para donde sopla el viento?
Realmente es muy preocupante la discusión, nada velada, en la interna del gobierno frenteamplista, que muestra dos concepciones económicas radicalmente opuestas. Por un lado la postura liderada por el vicepresidente Astori que fue la que primó en el gobierno del Vázquez y por otra la histórica de los partidos y corrientes de origen marxistas, la de una economía planificada , sin libertad de mercado y que inevitablemente lleva a la pérdida paulatina de otras libertades.
Preocupa porque un gobierno, cuando ya han transcurrido sus primeros 100 días, debería estar transmitiendo con claridad su rumbo fundamentalmente en materia económica. Las inversiones, el manejo y la dirección de la producción nacional y en definitiva el desarrollo del país dependen de la claridad y sobre todo de la confianza que esas políticas establezcan. Por el contrario se están transmitiendo demasiadas dudas sobre nuestro futuro, como en la política cambiaria, que afecta a sectores como el exportador, pero que también incide en la inflación y por ende en los salarios; en la fiscal o en el sector financiero con la “flexibilización” del secreto bancario, etc.
Pero preocupa mucho más que comience a manifestarse, en el seno del propio equipo económico, la posibilidad de transitar hacia una economía más planificada. El fantasma de la línea económica venezolana de Hugo Chávez ronda los altos estratos del gobierno frenteamplista. Basta analizar las palabras del senador Lorier o del propio subsecretario de economía.
El FA logró el gobierno cuando se corrió al centro y ganó la confianza de todas las capas de la sociedad. El propio José Mujica obtuvo un triunfo contundente cuando dejando la campera de lado, cosechó aplausos de sindicalistas por un lado y de empresarios que concurrieron a oírlo al Hotel Conrad de Punta del Este por otro. Pero siempre estuvo la duda de que sucedería una vez que el FA y sus corrientes marxistas estuvieran en el poder. La pregunta sigue siendo ¿habrán cambiado tanto su manera de pensar?
Cabe recordar que el modelo económico también fue motivo de discusión en las elecciones internas de 2009, cuando Danilo Astori , entonces pre candidato a presidente, afirmó que las propuestas económicas de su entonces adversario José Mujica no eran "serias" y sembraban "alarma" con el tema del secreto bancario o las administradoras de fondos previsionales.
Me quedo con el pensamiento del Diputado Asti al respecto”…algunos tienen los folletines atrasados y se quedan en la consigna. Hay propuestas bastante irresponsables”.
Pero queda encendida la luz amarilla.
Es que el discurso de la dupla presidencial iba para un lado (el centro-astorista) pero ahora que se viene el momento de cumplir lo dicho arrancan para las viejas y fracasadas recetas rígidas colectivistas... Obvio: la mayoría termina mandando en la presión interna...
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